Sobre la Vitamina "C"



Está demostrado que la Vitamina C :
    
     Refuerza el sistema inmunitario, protege a los tejidos y células del daño oxidativo causado por los radicales libres, ayuda en la estructura y función de los vasos sanguíneos, interviene en la formación estructural del tejido conjuntivo (cartílagos, ligamentos, tendones, dientes, encías, huesos) y acelera la curación de las heridas.
     
Anteriormente se creía que el zumo de naranja perdía su contenido en vitamina C a los 15 o 20 minutos tras haberlo preparado. Sin embargo se trata de un planteamiento erróneo, ya que nuevos estudios llevados a cabo recientemente han demostrado que no es cierto.

Combinando el Zinc y la Vitamina C:
     
Se potencian sus acciones ayudando a reforzar el sistema inmunológico.

Los efectos de la vitamina C y del zinc se complementan a nivel inmunitario, otorgando mejor capacidad de resistencia del organismo ante infecciones.

De esta forma, juntos colaboran con los mecanismos de defensa del cuerpo.


La Vitamina C Aumenta la Energía y el Rendimiento


     Un estudio reciente ha descubierto que la vitamina C además de sus numerosos beneficios de salud también combate la fatiga, ayudando a los trabajadores de oficina cansados a rendir más.

Aunque eso pueda sonar demasiado pasivo para la mayoría de los culturistas acérrimos que se entrena duro, la buena noticia es que esos resultados también pueden trasladarse al gimnasio.

Cuando tomas esta vitamina a lo largo del día y antes de la sesión puedes esperar sentirte  más energéticos. Tus entrenamientos también se beneficiarán.

También conocida como ácido ascórbico, la vitamina C es un nutriente hidrosoluble. Eso significa que se expulsa rápidamente del cuerpo. A diferencia de las vitaminas liposolubles –que se almacenan en los tejidos grasos– el cuerpo usa sólo la vitamina C que necesita y elimina el exceso.

Esto hace de la vitamina C una buena opción como un nutriente suplementario que debes obtener de los alimentos y de los suplementos que ingieras.

La vitamina C proporciona muchos otros beneficios tanto para las personas sedentarias como para los atletas. Aunque sus propiedades antioxidantes combaten la fatiga, también hacen mucho más que eso.

Por ejemplo, neutralizan los radicales libres, las moléculas altamente reactivas y los átomos que dañan las células y pueden conducir a problemas de salud tales como las enfermedades cardiacas y el cáncer.

Los radicales libres también son creados por tensiones como la que produce el ejercicio físico. Disponer de suficiente vitamina C antes, durante y después del ejercicio no solamente promueve la energía sino que también favorece la recuperación al minimizar los efectos de los radicales libres y el daño celular que producen.

Para obtener el máximo de vitamina C simplemente enfatiza el consumo de alimentos altos en este nutriente, como los melocotones, los pimientos rojos y verdes, las papayas, las fresas, las frutas cítricas y el brócoli.

Además, procura tomar suplementos de vitamina C hasta cuatro veces al día, tomando 500-1000 miligramos por dosis hasta sumar 4000 miligramos (4 gramos).

Para los mejores resultados comienza gradualmente, añadiendo 500 mg a la dosis diaria durante una semana. Por ejemplo, comenzad con 1000 mg al día, tomando una dosis de 500 mg con el desayuno y otra con la comida pre-entrenamiento.

Sigue este patrón una semana y luego añade otra tercera dosis de 500 mg después del entrenamiento para sumar 1500 mg al día durante la segunda semana.

El detalle a retener es que si tomas más vitamina C de la que puedes tolerar, eso te soltará el vientre. Si eso sucede, simplemente reduce el consumo de vitamina C durante un par de días y reanuda el proceso más lentamente para permitir que el cuerpo se adapte.


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